sábado, 26 de febrero de 2022

El misterioso hombre del celular

Se hacía llamar Aristóteles, en la oficina donde trabajaba. 
Nadie conocía su verdadero nombre, ni siquiera los jefes. Aunque era un secreto a voces que había ingresado en la fábrica luego de la Segunda Guerra Mundial y que los padres de él eran pariente lejano de uno de los dueños. 
Quizás por eso, o porque su carácter era hosco es que se lo respetaba y pocos le hablaban, no tenía amigos en el trabajo y parecía ser que su manera de comunicarse con los otros, los posibles amigos del exterior de la empresa era mediante su celular; solían verlo distraído tras un biombo hablando con alguien, la charla solía extenderse cada día, varios minutos, alguna vez hasta se lo escucho sonreír, se murmuraba que lo llamaba una mujer. 
De pronto un día se lo vio más triste que nunca; saludaba al entrar, tomaba sus herramientas de trabajo y no detenía su labor hasta la hora de marcharse. 
Alberto, el psicólogo de la empresa una tarde lo llamó a consulta; recomendada esta tarea por el supervisor. 
Pero como ya había sucedido en otras oportunidades que lo había citado se limitó a respuestas breves, si, no (monosílabas). Simplemente para evitar que lo suspendan o destinen a visitar un psiquiatra. 
El profesional sabía de su paso por la guerra y entendía los traumas que deja en la psiquis humana, por eso respetaba esas respuestas tan limitadas. 
Al final de la consulta se despedían con un abrazo, para el profesional era un gesto que apreciaba, era como si por un instante (Aristóteles) pudiera permitirle al otro, acercarse a sus secretos...
Omar Salgado
Narrativa que obtuvo un Segundo Premio en Certamen Literario, organizado por la Biblioteca de la Ciudad de Salliquelo

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