Cuando uno vive, como yo lo hacía en el campo, sabe muy bien que en las charlas por las noches junto a otros chacareros, paisanos del lugar, o gente de otros parajes que se une alguna mateada donde por lo general se termina compartiendo un asado son momentos oportunos, para que se compartan algunas leyendas o algunas historias que se cuentan como ciertas pero que han sido transmitidos de boca en boca durante quizás dos o tres generaciones.
Me refiero a aquellas cosas que uno debería dudar si son verdad desde la primera palabra.
Una historia que me contaron hace unos años, que en realidad me supongo estaba basada en un hecho real, era que por las noches alguien se disfrazaba y trataba o asustaba a las mujeres y a los niños en las calles oscuras del pueblo Ya que en ese tiempo la iluminación era demasiado escasa, aún recuerdo cuando era pequeño que colocaban una luz en cada esquina y a veces ni siquiera eso porque estaba quemada.
Esa era la oportunidad para que este personaje que se disfrazaba y se hacía Llamar el "chancho sin cabeza" se apareciera de golpe y asustara ha los caminantes de las calles... Te imaginas el miedo, la disparada, los gritos de aquellas mujeres o niños que de pronto se encontraban con este payaso disfrazado.
Lo bueno que esta historia tuvo un final feliz; un día los vecinos del lugar cansados de hacer reclamos ante la Policía y a veces hasta de correrlo sin poderlo capturar idearon una estrategia; alguien estaría cerca a caballo y preparado con un lazo y cuando apareciera este personaje y saliera a asustar gente lo correría y lo enlazaría; hecho que concretó con mucho éxito Ya que lo llevó a la rastra hasta la comisaría.
De esta manera finalizó eso, que se había convertido casi en una leyenda y la gente volvió a caminar tranquila por las calles.
Pero también conozco otras historias que me han contado, por ejemplo en una vieja escuela rural que fue desarmada porque se trasladó a la ciudad y quedaron sus ruinas; con el tiempo se decía que allí por las noches se veían luces raras y un día un croto, o linyera, como usted quiera llamarlo se le hizo noche y encontró que la tapera podía hacer un buen refugio, encendió fuego comenzó a preparar una exquisita cena con un peludo que había capturado, él estaba sentado cómodamente en un árbol caído y de pronto vio enfrente de su persona un hermoso gato blanco, y casi como algo natural en alguien que está solo se le ocurrió decirle "buenas noches" Saludo que el gato le contestó con voz prácticamente humana, lo cual hizo que este hombre saliera a la carrera perdiendo el mono con su ropa, incluso olvidándose del peludo a medio asar.
Hay muchas más historias parecidas que iré relatando en próximos capítulos, si es que realmente a usted le interesa conocer algo más de nuestra tradición oral o fábulas camperas.
Autor Nestor O Salgado